FUNDAMENTOS PARA DOMINIO PROPIO 7. PACIENCIA

18
Ago

COMENTARIO

 

El principio paciencia se basa en los proverbios 25, versículo 15. “Ten paciencia y finalmente ganarás porque una lengua suave puede romper huesos fuertes”.

 

La paciencia es un principio malentendido en la vida actual porque muchas personas creen que es una forma de aplazar los asuntos, de diferir una decisión. Pero la paciencia es un atributo supremamente poderoso en nuestro carácter y aquí se explica cómo funciona. Tener paciencia no es diferir, aplazar o signo de pereza; es esperar el momento apropiado para trabajar en el tiempo y en las estaciones, significa que esperamos el momento, y el momento dentro del momento.

 

Los líderes maduros reconocen las estaciones en sus vidas, en sus negocios, y permiten cambios en el tiempo.

 

Estamos hablando sobre la autorregulación. Y se aplica a los líderes. Un líder debe practicar la virtud de la paciencia y entender que debe esperar la  estación adecuada para trabajar con la gente. Discernir y saber cuándo esperar y cuándo no esperar, de lo contrario terminamos posponiendo  las acciones, actitud que puede destruirnos.

 

Es importante detectar el estado de ánimo de un empleado o de un equipo antes de entrar a corregir. Un momento puede ser el correcto o el  incorrecto para tratar una situación.

 

Hay momentos apropiados y momentos inapropiados para sortear situaciones. Hay ocasiones en que, sabemos las respuestas, pero no podemos decir lo que debiera decirse, a causa del ambiente prevalente. Muchas veces sólo queremos desquitarnos y arremeter, pero hay un tiempo en el ambiente que nos permite determinar cuándo adelantar ciertas acciones.

 

Las personas pacientes recibirán tres cosas.

 

Primero: reciben reconocimiento por su autocontrol, porque se cuidan de sus reacciones en los momentos de situaciones difíciles. Ven que determinadas situaciones necesitan tiempo para producir cambios o resultados. Si no queremos destruirnos, para lograr algo, avancemos con pasos graduales.

 

Segundo: reciben reconocimiento como personas comprensivas porque escuchan para asegurarse de que comprenden antes de reaccionar. Se cuidan de reaccionar y además, escuchan. Discernir sobre cómo sortear determinadas situaciones porque saben que esta práctica es parte de la paciencia.

 

Tercero: reciben el reconocimiento por ser sabios, eligen controlar el ritmo de sus pasos y calman los temores de otras personas involucradas. También dan buenos consejos.

 

Paciencia es elegir, es sostener la paz y la calma y, a la vez, calmar los temores de otros. No son personas lentas que dejen que las cosas se les pasen. Simplemente trabajan de manera apropiada, pasan por un problema y lo resuelven. Y hay quienes ni se percatan de que hubo tal problema porque éste fue resuelto por una persona paciente que sí sabe cómo se manejan los problemas.

 

Un proverbio viejo dice: “Cuando el estudiante está listo aparece el maestro”. Enseñarle a una persona hasta tanto ésta se halle mentalmente dispuesta, así lo aceptará, podrá relacionarlo. Enseñarle antes es inútil porque sólo recibiremos argumentos. Tener paciencia con las personas porque a veces  ellas no están listas para oír. En ocasiones nuestra paciencia se manifestará “Teniendo que esperar hasta el final para ver quién tiene razón”.

 

Como lo enuncia el proverbio: “Ten paciencia y  finalmente ganarás”. Con paciencia, todo el mundo puede ganar. No tenemos que ganar totalmente, a expensas de otra persona. Podemos hacer parte de las ganancias de otro, pero no debemos destruir a la gente para ganar. No es para esto que crecemos. Dejar que la otra persona sobreviva. Otra cosa es no caerle al caído. Denota mal carácter. La persona necesita otra oportunidad. Las personas necesitan latigazos y en ocasiones hay que ganarles, pero no al punto de destruirlas. Lo mismo que con un niño, podemos disciplinar a un niño de manera severa y muy rápidamente al punto de destruirlo.Tenemos, pues, que ser pacientes y actuar dentro de un marco que las personas puedan manejar.

 

También reconocer que se necesita tiempo para el desarrollo de las personas. Los buenos líderes saben cuándo empujar y cuándo halar. El liderazgo significa lograr que las personas vean lo que los líderes ven para luego enseñarles cómo, cuándo y por qué quieren llegar al  sitio previsto. Si lo hacemos, como hombres de empresa o de negocios con los empleados, éstos se sentirán como si fueran propietarios de la compañía y, el propósito común se cristaliza. En el ámbito familiar el asunto es aún más crucial. Una de las razones por la que muchas personas pierden a sus familias es porque no pasan a otros tales prácticas y enseñanzas. Sencillamente arremeten como un toro y no comunican.

 

Nuestras expectativas deben  basarse sobre el entrenamiento y desarrollo que proporcionamos a la gente. Estas acciones toman tiempo. Nunca ignorar los problemas. Dar tiempo y esperar el momento apropiado para tratar con las personas. Dios inspirará a alguien con la solución, si esperamos y oramos. Si no practicamos la virtud de la paciencia, tendemos a tornarnos arrogantes y opresores. Y lo que hacemos es apagar a la gente.

 

La paciencia sazona y preparará nuestros propios corazones y los de las personas con quienes tratamos. La paciencia es también la virtud que practicamos con nosotros mismos, la que nos prepara para aquellas situaciones en las que nos sentimos acalorados, enojados  o fuera de nosotros mismos. La paciencia nos hace bien, y ejercida correctamente, podemos trabajar con ella. Pacientemente lograremos que las cosas se hagan.

 

No caracterizarnos por ser personas acosadoras. En muchas ocasiones no tener paciencia cuesta. Hay tres cosas que son muy importantes acerca de la paciencia:

 

Ante todo, que hay un momento apropiado para manejar cada asunto. El  ‘ahora’ no siempre es el momento adecuado. Los problemas no se pueden  arreglar todo el tiempo, inmediatamente. Esperar el momento oportuno.

 

Segundo: que los problemas, a veces, deben madurar. Si los atacamos prematuramente, lo que hacemos es destruirnos y empeorarlos.

 

Y tercero: la paciencia nos prepara mejor para sortear los problemas. Si dudamos un poquito, esperemos un poquito, esto prepara nuestros propios corazones. El liderazgo impulsivo, muchas veces causa daño y hiere. Aprendamos a controlar,  por un momento, aún por cinco segundos, el paso. Con paciencia lograremos decisiones más sabias. Tan sólo cinco segundos, algunas veces, significan mucho porque tomaremos decisiones apropiadas, si somos pacientes.

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