La tarea que nos fue dada (visión) señala que nos transformaremos y entonces llevaremos fruto maduro para que cientos y miles vengan y lo coman. Quienes coman, también comerán la semilla pues en el fruto se encuentra la semilla. Algunos de los que coman del fruto (y su semilla) serán enviados afuera para alcanzar a otros.
¿Cómo los alcanzarán? Llevando a esas personas a un proceso de transformación para lo cual les enseñarán tanto sabiduría espiritual como sabiduría práctica.
¿Por qué se requiere transformación del ser humano? Porque se encuentra en una naturaleza egoísta. En la niñez, se es egocéntrico. El niño asume que las personas a su alrededor están para que le satisfagan todas sus necesidades. Luego en la adolescencia se es ególatra, desea que quienes lo rodean lo entiendan.
La transformación de los individuos en una comunidad, harán de ella una comunidad sana y productiva
Se pasa de la niñez a la adolescencia de manera natural, más para pasar de la adolescencia a la madurez se requiere ayuda. La madurez consiste, contrario a la niñez, en vivir para llenar necesidades en los demás; y contrario a la adolescencia, en vivir para entender a los demás. Es necesario que una persona madura introduzca a la persona en el proceso de transformación para intercambiar la naturaleza egoísta por otra naturaleza que es teocéntrica y otrocéntrica. A este intercambio, de una clase de vida por otra, se llama transformación. Es Dios, quien, por amor, nos ofrece gratuita e inmerecidamente dicho intercambio. El hombre entrega su naturaleza egoísta, de una parte, y toma la naturaleza del Hijo de Dios que le es ofrecida como regalo de parte del Padre.
Cuando el ser humano acepta el amor de Dios – cuya máxima expresión es que nos haya dado a Su Hijo, el cual nos amó y se entregó voluntariamente por nosotros a muerte de cruz y resucitó; y que por esa amorosa entrega se le dio autoridad suprema sobre el ser humano – Dios derrama Su Espíritu de amor en el corazón de la persona. Este Espíritu de amor es la esencia de esa nueva naturaleza. Es regalo de Dios. El intercambio ha comenzado. Entramos a transformación.
Para que el proceso de intercambio continúe realizándose, además de creer en la muerte sacrificial de Jesucristo en la cruz y en su resurrección; se ha de creer en todo lo que la Palabra de Dios (la Biblia) dice de Jesucristo. el proceso de transformación culminará con un nuevo hombre que habrá llegado a la estatura de un varón perfecto a imagen de Jesucristo.
El proceso de transformación se observa en la naturaleza: Para que un gusano se transforme en mariposa, los científicos han encontrado que se requiere el concurso simultáneo de dos hormonas, una cerebral que envía señal al tórax para que este emita la segunda hormona. En el ser humano la hormona cerebral es la Palabra de Dios, la cual estimula al Espíritu que recibió al creer en el amor de Dios a través de Jesucristo.
Las dos hormonas generan enzimas que diluyen el cuerpo del gusano, y, además, parte de las células del cuerpo de este son alimento para las nuevas células que constituirán el cuerpo de la mariposa. Así mismo, la Palabra y el Espíritu diluirán la naturaleza egoísta del ser humano e irán formando en él una naturaleza nueva de amor, un amor que lo capacita para entregarse a Dios y por los demás.
El amor se despliega hacia los demás debido al poder controlado del Espíritu sobre herramientas (llamadas en su conjunto identidad) dadas por Dios a la persona, y a canales a través de los cuales fluye ese despliegue (Principios universales). El amor no puede desplegarse de cualquier manera, sino a la manera establecida por los principios.
La identidad está compuesta por el Diseño, el Género, los Talentos, y el Temperamento. Estas herramientas son las requeridas para llevar a cabo una tarea para la cual fuimos creados, que beneficiará a cierto grupo humano. A esta tarea se llama Visión.
Los principios universales son los canales por los que se desplegará de la identidad, y los cuales fortalecen a la persona para que se desempeñe hacia su entorno con alta productividad, buena administración, manteniendo el dominio propio y ejerciendo liderazgo de influencia. Ellos también obran hacia el interior del ser humano fortaleciendo el carácter, dando pasión por la visión, proveyendo valentía moral, y formando un corazón para que influencie a otros con su liderazgo.
La transformación de los individuos en una comunidad, harán de ella una comunidad sana y productiva. No habrá transformación de la cultura de la sociedad a menos que haya transformación de sus individuos.
Bienvenidos al verdadero cambio.