Bienvenidos a Fundamentos para lograr el Éxito, un programa de desarrollo del carácter. Hoy presentamos una guía práctica para aplicar los principios del Reino de Dios, tal como lo enseña el libro de Proverbios, revelando valores prácticos de la cristiandad que ayudan a estructurar los negocios, la vida familiar y personal. Esta serie destaca el trabajo de John Schrock, hombre de empresa y director de la Cadena Empresarial La Red, así como autor de estas series.
¿Un líder nace o se hace? El liderazgo se experimenta. Algunas personas tienen mayor liderazgo que otras porque tienen un elevado temperamento “emprendedor”, mejor energía e iniciativa y son generadores de presión para el logro de los objetivos propios y de un equipo.
La persona que no se inflige presión alguna, generalmente no cristaliza nada.
El líder alcanza metas con presión y evita el estrés, de esa manera termina tareas y activa un ritmo de trabajo con su equipo haciéndolo altamente productivo y competitivo. Esta cualidad de trabajar bajo presión es peligrosa porque lo puede tornar despiadado, por eso debe aprender a ser disciplinado.
Los dos temas siguientes van de la mano: Entender y desarrollar a las personas. El líder entiende que todas las personas son diferentes y que se deben comprender con equidad, para evitar usar a la gente y hacerlos sus esclavos, por eso debe aprender a comprender a las personas de forma acertada para satisfacer sus necesidades y desarrollarlas, porque necesita trabajar con otros para el logro de sus metas.
La siguiente formación que deben adquirir quienes poseen un elevado temperamento “emprendedor” es el arte de escuchar. Muchos líderes no son buenos oidores, hablan y dicen lo que piensan, pero no tienen la actitud de escuchar a los otros.
El quinto don real del líder es la inspiración. Fija sueños y marca el paso, es un dinamo que atrae porque se dirige con entusiasmo a algún sitio, su don no es desarrollar a las personas sino retarlas para llevarlas de viaje.