COMENTARIO
El siguiente principio de productividad esta relacionado con el trabajo riguroso, proverbios 12:24: “Si trabajas con ahínco, te convertirás en líder. Si eres perezoso, jamás tendrás éxito”.
Una de las cualidades más valiosas que se puede encontrar en una persona es la eficiencia en el trabajo, la cual se refleja en que siempre termina lo que inicia y cuida celosamente tanto la cantidad como la calidad de lo que produce con su trabajo. Así aporta al éxito personal y empresarial, favorece a su comunidad y contribuye con la nación.
La razón por la cual algunos inmigrantes se hacen prósperos es que trabajan rigurosamente, viven de manera barata y nos sobrepasan. Algunas personas los consideran una amenaza para sus trabajos.
El trabajador riguroso no se limita a lo que le corresponde sino que colabora en todo cuanto puede cuando lo necesiten, es creativo y procura hacer sus tareas de manera rápida y con calidad, se considera un ejemplo para los demás alcanzando rápidamente los reconocimientos por su liderazgo.
Para las empresas, un líder de las calidades que representa el trabajador diligente o riguroso; significa un apoyo importante porque promueve el trabajo en equipo y constantemente da ejemplo de incondicionalidad al asumir tareas que no le han sido asignadas, pero que realiza con el propósito de ayudar en momentos de crisis.
Un buen ambiente laboral, es el resultado de equipos bien liderados donde los colaboradores se sienten parte importante de la empresa, e incluso la asumen como su principal fuente de ingreso y por eso la cuidan e impulsan para que crezca. En este proceso, los líderes juegan un papel determinante para mantener a los trabajadores con el ánimo en alto y también para motivar a sus compañeros cuando estos no entregan todo su potencial en el trabajo.
Es normal encontrar en las empresas un trabajador contrario al líder. Regularmente es aquel que no se compromete de verdad, que luego de ser aceptado no muestra el mismo ánimo con el cual inició y se olvida de mantener actitud positiva, dando cabida a las inconformidades hacia sus superiores. Para evitar caer en esta situación, los trabajadores deben tener en cuenta que Dios premia a los diligentes, otorgando tres beneficios:
Primero: La seguridad basada en la confianza en Dios, quien nos ha dotado de habilidades para que nos desarrollemos bien en la vida, para que nuestro bienestar no dependa de programas del gobierno.
Segundo: La riqueza que se genera con la capitalización de la experiencia y el conocimiento diario, además del dinero que nos ingresa por la prestación de un servicio.
Tercero: Felicidad por tener ganada nuestra posición en la vida productiva. Experimentamos realización personal al acudir al trabajo y volver a casa en las noches con la satisfacción de ser valioso para la empresa. Nunca debemos mirar qué es lo que podemos obtener de la compañía sino qué podemos aportarle. Esta a su vez nos retribuirá.
En la vida, todo aquello que no sirve es arreglado o desechado, y esto puede suceder con las personas que no valoran el trabajo. Pueden ser descartados y apartados. Jesucristo dijo: “Si la sal se corrompe – si ha perdido su valor, – no sirve para nada y será aislada y rechazada”. En el área laboral es importante crear valor para ser aceptados; y eso precisamente hacen los verdaderos líderes, quienes constituyen una “rara especie”, en demanda.
La razón por la cual algunos inmigrantes se hacen prósperos es que trabajan rigurosamente, viven de manera barata y nos sobrepasan. Algunas personas los consideran una amenaza para sus trabajos.
No nos referimos a la clase de trabajo arduo, que demanda sudor, porque hoy día con la tecnología y otras ayudas modernas no es necesario sudar. Se trata de desempeñarse de manera eficiente, sumando siempre a la productividad empresarial, para que la presencia de este trabajador sea necesaria y apreciada.
El principio sobre el trabajo riguroso, proverbios 12:24 reza: “Si trabajas con ahínco, te convertirás en líder. Si eres perezoso, jamás tendrás éxito”. Convertirnos en líderes no significa que no tengamos que trabajar sino ser creativo y lograr que las cosas se hagan en cantidad y calidad.
La gente que se vuelve creativa y quiere que las cosas se hagan, asume una actitud positiva y se perfila como líder. Este es un poderoso pensamiento que debemos tener presente: la ética del trabajo no es sólo hacer algo, también es crear algo.