FUNDAMENTOS PARA DOMINIO PROPIO 1. MOTIVOS

23
Ago

COMENTARIO

 

El siguiente principio es sobre  motivos  y se basa en los proverbios 21, versículo 30: “Nadie, no importa que tan astuto sea o bien aconsejado esté, puede ponerse en pie contra  El Señor”.

 

Es un proverbio interesante porque se refiere a la astucia y qué tan aconsejable sea ésta. El tema es el relacionado con los motivos, por qué hacemos lo que hacemos. La astucia  funciona en este terreno.

 

Dios, sabe lo que es correcto, lo que es mejor y lo que funciona. Entre más rápidamente  aceptemos a Dios como la autoridad final y empecemos a estructurar nuestras vidas, los negocios y el país,  de acuerdo con sus leyes y principios, estaremos mucho mejor.

 

La vida no es difícil, la hacemos difícil al operar bajo motivos egoístas. Debiéramos vivir en un mundo transparente, lo que significa que todos sepan el por qué de  lo que decimos y de todas nuestras actuaciones. Ser genuinos y reales. La forma como nuestras mentes funcionan se manifiesta en el hecho de que podemos pensar en algo y tener intenciones sobre ello y terminamos por hacer algo diferente, lo que  decepciona a la gente. Es importante que  tratemos de leer a las personas. Escuchar lo que dicen sus palabras y también lo que dice el corazón de ellas  para alejar la astucia.

 

Motivo significa “razón por la que hacemos las cosas”. Todas las personas actuamos en razón de satisfacer un determinado deseo. Mentimos, hacemos trampa y manipulamos para concretar un negocio o un objetivo y a esto  llamamos astucia. No nos conduce a una buena vida, sino a la decadencia moral. Sagacidad, astucia,  significa manipulación de la verdad, que está cerca de la verdad. En el verdadero y genuino sentido, la interpretamos como: “Ojo, tenga cuidado, lo pueden engañar”. Una persona lista, puede envolverlo a usted de una forma u otra. Si somos sagaces estamos escondiendo un propósito o deseo,  y esto es engaño. La astucia es una habilidad que se practica con la mente.

 

Si deseamos la buena vida, debemos conducir nuestros pasos hacia las siguientes tres metas: Número uno, ser moralmente correctos. Debiera ser lo primero en cualquier persona, en cualquier niño. Lo número uno no es la educación;  lo número uno es asegurarnos que entiendan el carácter moral. El comportamiento.

 

Lo segundo es entender a las personas y las situaciones. Significa poder leer a la gente y entenderla. Por qué hacen lo que hacen.

 

Y el tercero es crecer en el conocimiento de Dios y de sus leyes. Los principios que Él diseñó para la humanidad y que realmente funcionan. Si un niño deja de comer, muere. De igual forma, si nosotros dejamos de aprender la verdad, morimos espiritual, mental y físicamente. La vida es un proceso. La mente funciona de igual manera: Si no participamos en eventos y si no crecemos mentalmente en entendimiento, en conocimientos y en actividades similares, nos sorprenderán  y moriremos. Si no entendemos para qué se diseñó la vida, no podemos funcionar de manera correcta en ella y manipularemos y nos pasaremos de listos. No puedo manipular porque la vida está diseñada y  funciona por la simplicidad de «no hacer a otros lo que no queremos que nos hagan.» No trataremos de ganar ventaja por medio de la sagacidad.

 

La buena vida comienza cuando nuestros motivos son puros, es decir no egoístas, y seguimos buenos principios. Asumimos  responsabilidad por quienes somos y por lo que somos. Somos  como un producto, nuestra calidad y valía se basan en los principios sobre los cuales estamos hechos. Cuando somos honestos y nuestros principios son puros, nos volvemos abiertos y libres, sin cartas escondidas. La gente sentirá esa libertad y no estará a la defensiva en nuestra contra. Nos respetarán y querrán hacer negocios con nosotros. Seremos buen producto si tenemos buena reputación, y nos anunciamos todos los días. Será buena si todas las personas con quienes mantenemos tratos, pueden señalarnos y decir lo que piensan que somos. Será revelador porque  sí anunciamos  algo, proyectamos algo. Lo que la gente ve en nosotros y lo que la gente dice de nosotros se convierte en nuestra reputación. No podemos confiarnos en nuestra viveza; si lo hacemos, estaremos expuestos cuando seamos sometidos a presión. Debemos estar bien aconsejados, pero debemos ver la verdad en Dios como nuestro mejor recurso y consejero. Nos enseñará sentido común y formas prácticas que funcionarán en todas las áreas de nuestras vidas. Nos volvemos tontos sin Dios. No podemos funcionar apropiadamente sin la verdad. Ella mantendrá puros nuestros motivos. Rechazar a Dios y sus ideas es como cortar la mano que nos alimenta.

 

Cuando nos autoeducamos  creemos que estamos haciéndonos listos y entonces, algunas veces, nos mostramos duros, inclusive en los negocios. Se nos entrena a ser vivos, a manipular y a encerrar a la gente tan sólo por la venta. No es honesto. Si hacemos que una persona obtenga un producto, y no lo necesita, estamos engañándole.

 

Una sociedad podría ser muy simple si todos fueran íntegros y honestos. En la actualidad tenemos Los Diez Mandamientos, pero se necesita una buena interpretación de ellos. No nos engañemos. Dios sabe y conoce todas nuestras acciones y nuestros motivos, y tarde o temprano él hará que nos hagan conforme a nuestros hechos y motivos, sin importar cuán listos o avispados creamos ser. El conocimiento tiende a hacernos astutos y el entrenamiento tiende a hacernos avivatos. Pero la sabiduría mira todo eso y determina lo que es correcto y toma las decisiones con fundamento en lo bueno. Tenemos que examinarnos todo el tiempo.

 

Algunos pensamientos para el cierre. Es mejor ser una persona realmente genuina que tratar de manipular, tratar de ser vivo. Peguemonos a la verdad. Evita muchos problemas. Si usted considera que no lo entienden bien, explíquese. No asuma  los hechos o las cosas, discutirlas hasta que todo sea y esté claro y así evitará mucha manipulación, viveza,  y seguirá su camino y será sabio.

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