Mostramos los países y entidades a los que llevamos presencialmente, en los últimos 25 años, el proceso de transformación cultural. En todos ellos pudimos comprobar el alto impacto que causa este tema en toda persona; sobrepasando continentes, idiomas, culturas, condiciones económicas, edades, género, color de piel … son universales.
La transformación ha de ser el objetivo del desarrollo humano, la labor de un liderazgo de influencia
La transformación llega a todos los siete estamentos sobre los cuales descansa el poder para mantener en orden a la sociedad: familia, educación, iglesia (de cualquier credo), gobierno y leyes, negocios y banca, deportes, artes y medios de comunicación. Todo individuo es parte de alguno o algunos de los estamentos anteriores.
La transformación llegará a las personas cuando las cabezas visibles de esos siete pilares le abran la puerta al proceso y este llegue a todos sus miembros. Es la manera más eficiente para ser “responsables socialmente”. La transformación ha de ser el objetivo del desarrollo humano, la labor de un liderazgo de influencia.
El líder verdadero instruye, da ejemplo, y acompaña al liderado. Acompañar es lo que hoy se denomina “coaching”, y para hacerlo se requiere que la persona haya experimentado la transformación en su propia vida, entonces podrá llevar al liderado a través del camino para madurez.
La influencia es el poder personal para provocar a transformación a otra persona sin usar la fuerza física ni la posición que se tiene ante ella. El liderazgo de influencia es el más alto nivel del liderazgo, y el más escaso en estos tiempos. El liderazgo de influencia es una paternidad. Se requieren padres verdaderos en todos los estamentos de la sociedad, esos padres son los constructores de patria.