INTRODUCCIÓN A LOS SEGUNDOS CINCO FUNDAMENTOS PARA DOMINIO PROPIO

23
Ago
Bienvenidos  a Fundamentos para lograr el Éxito, un programa de desarrollo del carácter. Hoy aprenderán ustedes a aplicar  principios del Reino de Dios como los enseña el libro de proverbios. Estos principios, que revelan los valores prácticos de la cristiandad, les ayudarán a  estructurar sus negocios, su vida familiar y personal. Esta serie destaca el trabajo de John Schrock, autor,  hombre de empresa, y director de la Cadena Empresarial La Red.

 

La segunda parte de autogobierno trata de cinco principios que son imperativos para un líder.

 

El primero es sobre la fijación de parámetros. La gente se crea a sí misma muchos problemas al no fijar parámetros, puede transgredir a sus congéneres, puede violar las normas y no saber que las ha violado. Es crucial que tengamos algo establecido de suerte que cuando alguien nos mire, pueda estar en condiciones de juzgarnos y decir: “Sé que  defiende esta persona; sé qué la hace feliz y que la hace infeliz”. Tenemos que establecer ello  o la gente nos tratará de manera incorrecta y sin  darse cuenta de que lo están haciendo.

 

El segundo principio es paciencia. La paciencia es una virtud. Es también un programa de salud que  quita la presión de la vida. Tenemos que descubrirla y no es fácil porque somos hechos para permanecer a la defensiva. La paciencia sostiene un poquito nuestra paz. Dejamos que las cosas maduren para el momento adecuado, y podemos dar el paso apropiado y hacer lo correcto.

 

El tercero se refiere al área de la restricción en nuestra lengua, nuestras palabras. Cuando pronunciamos palabras, éstas son sonidos, y además van mezcladas  de emociones que la gente transforma al oír, en sus mentes, en  imágenes para  luego juzgarnos  basados  en cómo dijimos las palabras y el grado de intervención de nuestras emociones.  Las palabras  se tornan en fuerzas poderosas que bien pueden destruirnos  o derribarnos.

 

La restricción involucra el cuarto principio que es temperamento o genio. Estos dos principios van de la mano. El genio, comúnmente, _ entre creyentes _ se mira como algo que debe ser desechado. “Oiga, dejar ver  el genio es  incorrecto”. De manera contraria, el temperamento es un valor en una persona. Veamos cómo manejarlo  y cómo obtener valor de él. Las personas que tienen temperamento tienen el mayor potencial.

 

El último principio es el perdón. El perdón es realmente el bálsamo  de nuestras creencias. Sin perdón, la vida se torna demasiado dura. Perdonar a los demás, perdonarnos a nosotros mismos. Si no podemos perdonarnos a nosotros mismos  aparecen problemas: perdemos el humor y las ganas, el respeto por sí mismas, las emociones nos preocupan porque pensamos que debimos haber hecho algo de manera diferente. Perdonarnos es tan importante como perdonar a los otros. Si no lo hacemos, hay destrucción. El sistema de perdonar es un designio de Dios. Recibir perdón de Dios es hermoso

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