FUNDAMENTOS PARA PRODUCTIVIDAD 6. SENTIDO COMÚN

23
Ago

COMENTARIO

 

Este principio de basa en los proverbios 24:3: “Cualquier empresa se vuelve más fuerte al aplicar el sentido común”

 

El sentido común tiene un valor muy alto, pero muchas personas no lo tienen en cuenta porque no entienden lo que es o no lo consideran realmente importante, perdiéndose así de una herramienta que les puede aportar a la vida personal, los negocios y otras áreas.

 

Ajustamos nuestros planes de trabajo para dar espacio también a los planes de Dios para el descanso, nuestra relación con El, el cónyuge, la familia, la comunidad.

 

Quien atiende al sentido común puede ver lo sencilla que es la vida y entonces puede hacer razonamientos prácticos, atender a la lógica y asumir cualquier situación con sabiduría.

 

Complicamos la vida porque no reconocemos la sencillez de las cosas y de las situaciones, no mantenemos en balance nuestras actividades y caemos en estar muy ocupados o creciendo muy rápido. Sentido común significa entender los procesos que se dan en la naturaleza y la vida cotidiana, los cuales  son comunes a todo los seres humanos, para tomar la sabiduría que hay en ellos y llevarla a la práctica en la vida diaria.

 

El hijo pródigo anduvo errante hasta que terminó comiendo en compañía de los cerdos. Al final recobró el sentido común y volvió a casa, al hogar al cual pertenecía. Al entrar en razón se dijo: “Bueno, poseo riquezas e ingresos que son mi futuro” y se dispuso a recuperarlos, porque cuando se marchó de la casa le pidió a su padre la herencia para mal gastarla, dejando de producir, y muy rápido cayó en la pobreza. Fue entonces cuando recordó todo lo que tenía en la casa de su padre y decidió regresar. De una manera muy sencilla y  guiándose por lo que es lógico volvió, se humilló y pidió perdón.

 

El sentido común permite razonar los problemas y encontrar métodos prácticos y sensibles para resolverlos, una habilidad que no se encuentra necesariamente en la educación formal que recibimos porque esta no nos permite pensar de manera práctica.

 

Hay culturas que están estancadas, no quieren cambiar y mantienen los sobornos y corrupción como acciones normales. No aceptan el cambio porque dicen ¿De qué otra manera vamos a hacer negocios? Conservan esa línea de sentimiento y pensamiento y nunca toman la iniciativa de buscar algo nuevo, hacer cambios y adoptar mejores maneras de actuar. Este proceder es destructivo y detiene el crecimiento, se convierte en una tradición y nos conduce a la esclavitud.

 

Algunas cuestiones religiosas también nos pueden mantener en esclavitud. La religión es lo que añadimos a los principios tomados de la cristiandad, convirtiéndolos en algo diferente y que nos controla.

 

Cuando aplicamos el sentido común hacemos lo correcto, nuestro corazón  siempre nos sugiere que lo usemos. Lo opuesto al sentido común es la estupidez,. El proverbio reza: “El hombre que se conduce por fuera del sentido común terminará muerto”.

 

Algunos de estos principios son absorbidos antes que aprendidos. Se dice que “las cosas a veces se aprenden imitando modelos y no a través de la enseñanza formal”. Si se asume esta afirmación, entonces podremos progresar y no quedarnos estancados.

 

Cuando nuestras mentes reciben mucha presión podemos perder el sentido de la realidad y hacer cosas estúpidas. Por eso Dios nos dio la habilidad de razonar y  nos recuerda permanecer en contacto con nuestro sentido común, pues hacer planes sin tenerlo en cuenta es similar a establecer leyes sin clemencia, o vida sin  perdón, lo cual significa que no nos darán segundas oportunidades.

 

Ninguna familia, empresa o nación, puede sobrevivir sin ser parte de un plan. El sentido común sugiere cambios o ajustes de ese propósito a medida que actuamos, esta es la forma como Dios balancea nuestros proyectos con los de Él y así  evita que caigamos. Ajustamos nuestros planes de trabajo para dar espacio también a los planes de Dios para el descanso, nuestra relación con El, el cónyuge, la familia, la comunidad.

 

El sentido común nos da:

 

Primero: Una mente práctica y una buena lógica. Digamos que antes de cabalgar practicamos hasta que algo se vuelve estable en nuestras mentes, hemos pasado por ciertos lugares y hecho algunas cosas hasta familiarizarnos con ellos, entonces nos aferramos a lo conocido, a lo que  nos permite un desempeño sólido.

 

Segundo: Nos proporciona una mente abierta.

 

La experiencia nos lleva a aprender, a valorar y considerar lo que es bueno o malo para nuestra vida, nos permite calcular y observar. Esto crea un sentido común en nosotros, a veces llamado “corazonadas”. Debemos estar atentos a estas sensaciones. Es posible que no siempre sean correctas, que se trate solo de una advertencia cuando estamos entrando en un área desconocida en la que nos  desempeñamos por fe o temor.

 

Podemos percibir las cosas que no conocemos porque hemos establecido en el subconsciente una serie de elementos que funcionan en nosotros y que llamamos sentido común. Sencillamente lo sabemos, es una corazonada, pero no sabemos  el por qué.  Es así  como podemos percibir cuál es el ambiente en los empleados, o  como podemos “leer” y discernir a una persona. Podemos verificar todo, sencillamente está en nuestro espíritu. Estas facultades funcionan dentro de nosotros y constituyen lo que llamamos un genuino sentido común. Es lo que realmente creemos y sentimos. Podemos ser dueños de estas sensaciones  al punto que se vuelven la fuerza y el control que nos impulsa.

 

El principio sobre el sentido común, tomado de los proverbios 24, versículo 3: “Cualquier empresa se vuelve más fuerte a través de la práctica del sentido común”.  Hay un par de asuntos que añadir. Desempeñarnos  con  sentido común es como estar sintonizados con la vida, es como si un sexto sentido mudo nos condujera. Tan sólo sabemos que sabemos, lo descubrimos pero no sabemos cómo y nos sentimos sintonizados con él; es como saber qué es lo correcto y qué es lo incorrecto. Es importante hacer uso de lo que hemos aprendido,  es hacer de algo pequeño algo grande, o descubrir que la vida nos bendice. Encontramos la clave de todo asunto cuando estamos sintonizados con el sentido común y sabemos cómo funciona.

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