FUNDAMENTOS PARA PRODUCTIVIDAD 1. PASIÓN

23
Ago

COMENTARIO

 

Este  principio es sobre la pasión y se basa en el proverbio 10: 5: “Un joven sabio recoge el forraje mientras brilla el sol, pero qué lástima produce  ver a un  mozo durmiendo en las horas de oportunidad”.

 

Las oportunidades sólo se conquistan y son valiosas si se tiene pasión

 

Tenemos que descubrir qué impele a la pasión y cómo funcionan las oportunidades. Esta será una discusión interesante.

 

Una de las principales características de las personas de éxito es la pasión, la cual hace que se les conozca por su gran capacidad de trabajo y entrega para hacer que los proyectos se hagan realidad.

 

A causa de su pasión, los exitosos ven oportunidades y siempre colectan el forraje mientras alumbra el sol porque saben que no siempre alumbrará de la misma manera. No duermen en las mejores horas y se levantan en la mañana con la mejor actitud y una oración: “Gracias, Señor, por permitirme vivir en este día de oportunidades. Ayúdame a hacer que sea un día productivo.”

 

La pasión es energía que está dentro de todos nosotros y solo necesitamos un detonante que la active, es así como hay tres maneras de despertarla:

 

La primera es enojar a quien está en actitud perezosa y sin pasión, descansando todo el tiempo en un sofá.

 

La segunda es recompensar los logros, porque cada vez que recibe un regalo por un trabajo bien hecho se sentirá motivado a continuar.

 

La tercera es hacerle saber que hay una tarea que solo él puede realizar sobre la tierra y para la cual fue creado. Esta se constituirá en su visión. También le haremos saber que tiene un potencial – una energía o poder interior – que es exactamente el requerido para llevar a a cabo esa visión y que ya está dentro de él. A ese potencial llamamos identidad. La visión es el detonante que da vida, resucita, activa, motiva a esa energía subyacente para que esta fluya y lleve a la persona a demostrar cuán capaz es.

 

Las oportunidades se presentan siempre en abundancia, pero sólo son vistas por quienes están en acción. “Un joven sabio colecta el forraje mientras el sol alumbra”, lo que nos dice que este joven está planificando ‘hacer’ forraje, demuestra que tiene pasión y está a la espera de que el sol brille, es decir que llegue la oportunidad.

 

Algunas personas que dicen que no ven oportunidades es porque no han activado su energía pero; si lo hacen y trabajan consistentemente, las verán. Además, si a esto le suman disposición y pasión, entonces alcanzarán el éxito.

 

Para otras personas, que ya están trabajando en algún proyecto, no siempre les aparece la oportunidad por si sola, porque también la crean con la persistencia, cuando se trabaja consistentemente en una meta establecida.

 

Otros tendrán excusas para no hacerlo pero quien quiere lograr su propósito hace todo lo necesario para conseguirlo.

 

También hay quienes dicen que es cuestión de suerte, pero no es así porque la oportunidad va con las personas entregadas, apasionadas y responsables, que tienen actitud positiva ante la vida y hacen que las cosas sucedan.

 

Para aprovechar la oportunidad se debe hacer tres cosas:

 

Primero:  Planificar el trabajo. Un viejo dicho reza: “Si quieres que las cosas se hagan, pide que las haga la persona que de por sí ya está ocupada”. Esta persona encuentra el tiempo y dice: “Debe hacerse”.  La gente apasionada tiene un patrón de pensamiento productivo y  descubre las oportunidades. Las impulsa la energía activada. Hacen el trabajo porque ven la necesidad y, planifican porque saben que no pueden hacer todo a la vez.

 

Segundo: Limitar o medir el tiempo. Seguir cuidadosamente el plan para que se cumplan los objetivos de acuerdo con el tiempo previsto.

 

Y tercero: Evaluarse constantemente. Revisar el cronograma y hacer los ajustes necesarios.

 

De esa manera es posible encontrar mejores métodos y se considerará el trabajo como una oportunidad (no una maldición) que siempre está disponible. Solo así seremos más productivos y sentiremos fluir desde adentro la fuerza que Dios proporciona para que todas las cosas se hagan.

 

Qué interesante es éste principio. “Un joven sabio recoge el forraje  mientras  brilla el sol, pero qué lástima produce ver a un  mozo durmiendo en las horas de oportunidad”. La pasión y la energía van de la mano, se necesitan la una de la otra y solo tendremos más de la primera cuando activamos la segunda, la cual se agota y exige que se suministre constantemente para continuar.

 

Cuando no se quema toda la energía interior se siente pereza y solo es posible despertar de esta situación cuando se retoman la visión y también las metas que conducen a realizarla. La visión y las metas  nos conectan con las oportunidades, estas a su vez, hacen posible cumplir las metas, así funciona el sistema. Si se entiende y desarrolla, se convierte en un autopropulsor para sacar de adentro todo el potencial y poner al máximo los dones de la persona.

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