FUNDAMENTOS PARA ADMINISTRACIÓN 9. FIANZAS

23
Ago

COMENTARIO

 

El siguiente principio de la serie sobre la administración trata sobre las fianzas y es difícil entender que un tema como éste se encuentre en la Biblia, pero es muy práctico. En los proverbios 17:18 encontramos: “Es muestra de poco juicio asumir la responsabilidad de servir de codeudor de las deudas de otro”. 

 

Hay varias cosas que deben considerarse antes de servir de codeudor de las deudas de otro.

 

Hay ciertas situaciones en las que está bien servir de codeudor pero no deja de ser peligroso y por esta razón la Biblia y este principio hacen referencia a este tema. Parece difícil entender esta advertencia porque aprendimos a ayudar a quien lo necesite, pero hay varias cosas que deben considerarse antes de servir de fiador.

 

Primero ¿la persona a quien le vamos a servir de fiador es reconocida por sus valores éticos de honestidad y honradez?  Si no es así no es posible prestar tal colaboración porque el principio espiritual expresa que no se puede apoyar el pecado, que es violación de la ley. Si a alguien no le va bien económicamente debemos preguntar cómo está planificando su vida. Miremos su comportamiento y no respaldemos el préstamo porque la situación puede repetirse. Abstengámonos de aportar fondos para algo que no funciona y  ofrezcamos otro tipo de ayuda de ser posible.

 

Segundo ¿Lo que la persona requiere es para cubrir una necesidad o un mero deseo? Muchas personas que se encuentran en problemas han vivido más allá de sus necesidades y se extralimitan en el uso de sus tarjetas de crédito y no controlan su presupuesto.

 

Y finalmente ¿por qué no responde su familia? Dios marcó el camino inicial y el sistema de apoyo de la gente, por lo tanto la ayuda debe venir primero de la familia y si no es así probablemente no se ha ganado su confianza.

 

Los bancos y otras instituciones financieras son las entidades a las cuales se debe acudir por préstamos. Si no acude a ellos y a su familia, es señal que no ha demostrado sensatez en la administración de su recursos económicos, entonces negarse a ser fiador presentando la razones por las cuales se toma la decisión, es la mejor manera de evitar problemas.

 

Los planes de Dios piden la unidad de la familia, y que esta asuma primeramente la responsabilidad de sus miembros dirigiendo y disciplinarlos para que satisfagan sus necesidades y no sus deseos y caprichos.

 

No firmar como codeudor es un principio del Reino de Dios que demuestra buen juicio, y una manera práctica para conservar las relaciones. En muchas ocasiones, quien sirve de codeudor termina pagando y el amigo servido se siente mal y avergonzado, y desaparece. Ante todo debemos responder por nuestros actos y deudas ya que por la responsabilidad o por el desorden  siempre vendrán consecuencias buenas o malas.

 

Cuando no se hace buen uso del presupuesto o no se manejan correctamente los asuntos personales, Dios tomará de quien así procede y lo dará a quien sí se ha controlado.  Esas fueron palabras propias de Jesucristo. “Le quitaré a quien no ha hecho para darlo a  quien haya hecho”. Jesucristo se refería a la responsabilidad. Si tomáramos todo el dinero del mundo y lo diéramos en cantidades iguales a cada persona, a la vuelta de diez, doce o quince años, los ricos serían otra vez ricos y los pobres serían otra vez pobres. Y esta suposición se basa en el comportamiento humano, en cómo administramos el dinero y en lo que pensamos respecto de este manejo.

 

En el caso que se trate de un problema real lo mejor es ser generosos y aportarle dinero sin esperar que sea devuelto y añadir un consejo para que salga de la situación y la ayuda no sea en vano. Si quienes reciben la ayuda no aceptan los consejos, no es posible volver a ayudarles ni con  una pequeña suma porque no está bien disponer de fondos para la ignorancia. En lugar de darle un pescado a alguien un día es mejor enseñarle a pescar par toda la vida. Utilizar esta estrategia podría contribuir a establecer relaciones perdurables, sin pagar deudas ajenas y perder los amigos.

 

El principio sobre codeudores, proverbios diecisiete, versículo dieciocho “Es muestra de poco juicio asumir la responsabilidad de servir de codeudor de las deudas de otro”.

 

Servir de codeudor es algo difícil porque se supone que las personas a quienes regularmente se les pide este favor, han sido responsables en el manejo del dinero y entonces no están dispuestas a arriesgar su reputación financiera. La clave es la siguiente: No le sirva a nadie como codeudor, a menos que usted tenga alguna  autoridad sobre la vida del solicitante.

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