Bienvenidos a Fundamentos para lograr el Éxito, un programa de desarrollo del carácter. Hoy presentamos una guía práctica para aplicar los principios del Reino de Dios, tal como lo enseña el libro de Proverbios, revelando valores prácticos de la cristiandad que ayudan a estructurar los negocios, la vida familiar y personal. Esta serie destaca el trabajo de John Schrock, hombre de empresa y director de la Cadena Empresarial La Red, así como autor de estas series.
En la primera parte sobre liderazgo estudiamos algunas características internas que pondremos en práctica en esta segunda parte de la serie, donde trataremos los principios sobre el conflicto, la confrontación, la crítica, el castigo y el juicio.
Sin situaciones de conflictos no podríamos tener la posibilidad de que el líder retire la venda de sus ojos cuando considere que solo él tiene la razón
El primer tema está relacionado con los conflictos, los cuales hacen parte de la vida y nos enseñan a ser mejores personas y reconocer nuestras fortalezas y debilidades. Sin ellos no tendríamos la oportunidad de descubrir junto con los otros nuevos puntos de vista y alimentar las ideas para que sean el resultado de varias perspectivas y no la posición ciega de alguien que se presenta como líder.
Sin situaciones de conflictos no podríamos identificar los errores que se comenten en un equipo de trabajo, ni tener la posibilidad de que el líder retire la venda de sus ojos cuando considere que solo él tiene la razón. Los buenos líderes también enceguecen ante ciertas posiciones y por eso es importante que aprendan a escuchar y aceptar otras ideas, permitiendo el debate y dando cabida a otras miradas de la situación.
De igual forma, es importante que el equipo también esté abierto y actúe con buen criterio para que la situación de conflicto que se presente no sea una lucha de fuerzas sino un camino para afinar la visión del grupo. Una Junta Directiva, por ejemplo, donde los ejecutivos pueden hablar respetuosamente y escuchar las ideas de todos, llegan a consensos productivos cuando cada uno interviene en pro de soluciones y no de victorias individuales.
La segunda parte de la serie es La Confrontación, la cual tiene relación directa con el conflicto y consiste en desarrollar la capacidad de sentarnos con otros para enfrentar serenamente un problema. Confrontar es una habilidad que todo líder debe dominar para no llegar a los extremos, por un lado cometer el error de solo elogiar y aceptar lo que otro dice así no esté de acuerdo, o por el contrario, presentarse demasiado obstinado y no escuchar lo que la otra parte tiene para decir. Es muy gratificante tener el valor y los argumentos para decirle a nuestros contrincantes “Mire tenemos un problema, tratemos este asunto, resolvamoslo”.
El tercer tema que tocaremos es La Crítica. Aceptarla y evaluarla de manera adecuada, constituye otra habilidad que nos permitirá ejercer un verdadero liderazgo. ¿Qué tan dispuestos estamos para recibir la opinión de los demás y también para emitir la nuestra con inteligencia? Es una pregunta sobre la que debemos reflexionar a diario. El Rey Salomón dijo que nos beneficiaremos y terminaremos en la sala de la fama con sabiduría, si aprendemos a aceptar la crítica y recibirla con tolerancia.
En un cuarto punto aparece El Castigo. De acuerdo con la Real Academia de la Lengua “el castigo es una pena que se impone a la persona que ha cometido un delito o una falta”. Es una práctica válida en la sociedad y tiene como propósito corregir lo que está mal y en las empresas, aunque no se le conoce propiamente con este nombre, también se ejerce para que todo el personal asuma sus equivocaciones.
La forma como un líder aplica el castigo, es lo que marca la diferencia en el liderazgo, porque no se trata de disminuir o eliminar a las personas sino de corregir situaciones anómalas y evitar que, en el caso de las empresas, los trabajadores se conviertan en simples números que se quitan o se ponen. Siempre es más rentable desarrollar a los colaboradores, reentrenarlos para que no caigan nuevamente en los errores que ocasionaron el castigo, en lugar de despedirlos y traer a alguien nuevo para que asuma las funciones y a quien además debemos entrenar.
La joya de la corona en el liderazgo la encontramos en la capacidad de impartir buenos juicios. La Palabra de Dios ilustra la mejor forma de emitir juicios en el libro de proverbios, en el que dice que “cualquier relato parece verdadero hasta que alguien cuenta otra versión y registra los hechos de manera correcta”.
Un líder que emite buenos juicios es ante todo un excelente oidor de las partes involucradas y a partir de las versiones recibidas limpia la basura y encuentra la verdad. Un hombre de empresa sigue este mismo camino, y cuando se hace de la manera correcta construye su reputación y genera la confianza suficiente para que sus colaboradores pidan su asesoría y consejo. El futuro se construye a partir de los buenos juicios que se emiten que emite un líder comprometido con su equipo de trabajo.